Los malvaviscos son marrones y blancos, y tenían la intención de parecerse al chocolate, pero son una versión esponjosa del algodón de azúcar. En estados unidos es muy popular pinchar malvaviscos en un palito y dejar que se tuesten en una hoguera.
Suelen llamarse también masmelo que es como se pronuncia en su nombre inglés “marshmallow”, nube o esponjita. Contiene azúcar o jarabe de maíz, clara de huevo batida, gelatina, goma arábiga y saborizantes, todo ello hace su masa esponjosa. Son muy populares en el mundo anglosajón tomándolo con o sin acompañamiento, aunque cada vez es más frecuente encontrarlos tostados junto a un tazón de chocolate o café moca y también en algunos sabores de helado.
Los malvaviscos comerciales son una innovación de finales del siglo XIX. Desde el proceso de extrusión patentado por Alex Doumak en 1948, los malvaviscos se extruyen como cilindros suaves, se cortan en trozos y se rebozan con una mezcla de maicena y azúcar glas.
El origen de esta golosina en España se encuentra en Alcoy (Comunidad Valenciana), donde nacieron los masmelos de Dulces Hispania a mitad del siglo XX.