Hace unos meses os hablamos de las diferencias entre el desayuno continental y el desayuno americano. Y nos quedamos con ganas de profundizar un poquito más. En consecuencia, hoy queremos explicaros de manera más detallada en qué consiste uno de esos dos desayunos tradicionales: el desayuno americano. Aunque muchos lo habréis visto una y otra vez en todo tipo de películas de Hollywood y series de televisión de Netflix, la realidad es que nos queda mucho por aprender de la cultura estadounidense. Así que vayamos ahora mismo con ello.

Desayuno americano completo

Comencemos haciendo justicia a la verdad: el desayuno americano es, sin ninguna duda, uno de los desayunos más contundentes que podemos meternos entre pecho y espalda cada mañana. En comparación con otras clases de desayunos como el desayuno continental o el desayuno europeo, mucho más suaves y ligeros, el desayuno de los norteamericanos es una auténtica bomba calórica. Una especie de desayuno-comida que contienen algunos de los alimentos más pesados que podemos encontrar. Aunque también posee mucha variedad interna.

En ese sentido, no tenemos más que echar un vistazo al plato principal del desayuno americano completo para ver que estamos ante un desayuno muy vasto. En concreto, ese plato principal consiste en unos huevos revueltos o en unos huevos fritos, acompañados de alguna carne procesada muy calórica y deliciosa como es la panceta, el beicon o las salchichas. Como veis, una auténtica bomba repleta de proteínas y grasas. ¿Pero dónde quedan todos esos hidratos de carbono complejos que siempre defendemos como fundamentales en los desayunos?

En el desayuno estadounidense no hay una primacía tan clara de los carbohidratos como en otros desayunos. Aquí las principales fuentes de hidratos de carbono complejos son las tostadas (que pueden ser normales, pero también integrales) con mantequilla y mermelada de infinitos sabores y los cereales de desayuno. En cuanto a las bebidas clásicas del desayuno norteamericano, nos encontramos con el zumo de naranja y el café americano, caracterizado por ser un café fuerte diluido en agua, normalmente sin leche. Un clásico de las pelis americanas.

¿Pero es únicamente todo esto lo que desayunan los americanos? La respuesta es no. Los estadounidenses se afanan verdaderamente por desayunar copiosamente. Así que introducen algunos otros alimentos optativos en sus mañanas como embutidos variados, bollería de todo tipo e incluso tortitas. Los estadounidenses tienen una habilidad especial para hacer tortitas sabrosísimas. Es el toque dulce de sus desayunos. Siempre que no entren en juego, claro está, los cereales. En esos casos no suelen introducirse otros alimentos dulces en el desayuno.

Cereales de desayuno

Los cereales de desayuno son una maravillosa opción. Para todo tipo de personas. Para personas de toda edad y condición. Al fin y al cabo, poseen muchos de los nutrientes esenciales que necesita nuestro organismo para ser funcionales por las mañanas. Desde la inestimable fibra hasta los hidratos de carbono complejos, pasando por las vitaminas y los minerales fundamentales. En ese sentido, comprar cereales americanos es comprar fuentes de alimentos saludables. Y, lo mejor de todo, tremendamente sabrosas. Que las mañanas requieren alegría.

En resumen, el desayuno americano es una variedad de desayuno que, bajo nuestro punto de vista, puede ser excesivamente calórica y grasienta para tomarlo cada día. En todo caso, deberíamos limitarlos a los cereales con leche, las tostadas con mantequilla y mermelada y algún embutido ocasional. Eso sí, como desayuno especial en días especiales resulta totalmente recomendable. Es el clásico desayuno con el que puedes darte un fantástico e inolvidable festín. Y merecido. Que todos nos merecemos algún atracón de vez en cuando.